martes, 24 de febrero de 2015

OTRAS DE POLICÍAS

Parece que los 24 de Febrero para mi no son muy favorables, voy a tener que mirar en el zodiaco. recuerdo que allá en mi juventud un 24 de Febrero fui detenida junto a una amiga, por robarnos  de una tienda de Bauta un para de pullas. Calzado de tacón fino descalzado en el talón. Muy de moda por aquellos tiempos.

Aunque no fui la autora material del robo, ni se me ocupó la poseción de dicho hurto, también fui acusada por el delito de cómplice.

El día de los hechos en cuestión nos habíamos desplazado a Bauta a dar un paseo, entramos en una tienda y enseguida los ojos de mi amiga se posaron en los zapatos. Me pide que vigile y le de conversación a la dependienta mientras ella sacaría los zapatos de su caja y los escondería  en su bolso.
Esa noche supuestamente iríamos a las fiestas de Pogolotti.

 Un pueblo de Marianao que cada año los 24 de Febrero celebra ser el primer barrio obrero, con una bella historia cultural. Integrado por gente muy humildes, con hábitos muy arraigados de trabajo, gran sentido de pertenencia, amor a sus antecesores, a sus recuerdos y a sus creencias. Por eso cada 24 de Febrero, Pogolotti celebra y festeja por todo lo alto este día.

Y esa noche festejaríamos allí.  Pero nos lo impidió la dependienta, parece ser, que una vez que nos marchamos de la tienda, la dependienta echó en falta los zapatos y enseguida supo lo que había pasado. Enseguida llamó a la policía que nos interceptó cuando nos disponíamos a coger el autobús de retorno a mi pueblo.

Me morí de vergüenza cuando llegué a la estación de la policía y allí  me encontré frente a frente con un con un amigo, conocido de mi pueblo y policía en este pueblo. Enseguida me abordó preguntándome por que me encontraba allí. Que vergüenza sentí. No respondí a sus preguntas. De hacerlo tendría que delatar a mi amiga, además yo era cómplice. Me puso al corriente de lo que me sucedería.

Quedábamos detenidas hasta la mañana siguiente, hasta que llegara el jefe de la unidad y deliberaran que harían con nosotras. El hecho de había cometido sobre las 5 de tarde, ha esa hora el jefe había terminado su jornada laboral y no se volvía a presentar hasta las 8:00 de la mañana del siguiente día.

Mi amigo y vecino me informa que no nos llevaran al calabozo, estaremos sentadas en el salón, hasta que se dispusiera que hacer con nosotras. Daba por terminada nuestra  reunión. Me levanto de la silla y me dispongo a abrir la puerta cuando escucho a mi amigo que me dice.

__Que paradojas tiene la vida__

Me detuve en la entrada de la puerta y me volví, no me esperaba lo que iba a escuchar. Estás palabras hicieron que tomara conciencia. Le miro a los ojos y encuentro una mirada tranquila, que lejos de recriminarme sentí que había un poco de compasión en ella

___Nieta de zapatero, hija de zapateros, robando zapatos__

Y biznieta de zapatero, maticé.
__Si,  paradojas tiene esta vida, amigo mío.

Noche de dormir en el calabozo, sin zapatos y sin Pogolotti. Ala mañana siguiente nos soltaron con una multa de 60 pesos. Los zapatos costaban 19 pesos cubanos. aún recuerdo aquel 24 de febrero. Año?. A ver si soy capaz de unir algunos eventos en el tiempo a través de los recuerdos y así poder precisar la fecha o por lo menos acercarme al año en que ocurrieron estos hechos.

Sería por los años 80 o 81 u 83. Porque el el 1984 hasta el 86 estuve cumpliendo prisión. 1982 es lo más probable, lo digo porque por ese tiempo iba a bailar al  Mambí, donde conocí a la amiga que se había robado los zapatos. Ven, ya cuadré en el tiempo, espacio y recuerdos, entonces por aquellas fechas era menor de edad, tenía 17 años, en unos meses arribaría a la mayoría de edad.

De esa experiencia aprendí una buena lección, y un consejo que me daba siempre mi bisabuela, y que me decía: "Anda sola, que quien sola la hace, sola la paga". "Los amigo@s que nos meten en problemas, esos, no son nuestros amigos.

En lo sucesivo me cuidé muy bien de no juntarme con aquellas personas que trajeran problemas serios con la justicia, con ellos no las tenía muy bien y añadiéndolo leña al fuego no creo que parara en un buen lugar.
Dignorah

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Y el segundo 24 de Febrero, que recuerdo aún está muy fresco, ocurrió en el 2012 , aquí donde vivo, con la policía francesa.

De vuelta de hacer la compra en Alcampo, con la patrona del bar de bajo de casa. El coche en el que viajábamos es detenido en el puente Santiago. Había control policial de los gendarmes franceses. Teníamos todos los boletos para que nos parasen, y así mismo fue. Nos piden los papeles.

Vaya, y yo con fotocopias del pasaporte y del NIE.

El primero lo había extraviado al llegar de Cuba, nunca supe donde lo había perdido. Hasta que una buena tarde abrí un libro y allí estaba. Luego recordé que precisamente ese libro venía leyendo en el avión a mi regreso de Cuba y era muy probable que allí le hubiese guardado después de salir del aeropuerto de Madrid. Para no acordarme nunca más donde le había puesto.

Y el NIE, bueno esto ya es un poquito más largo de contar. Y se los voy a contar también con lujo de detalles, porque como dice el profesor Calviño: "Bien vale la pena". Gracias a esta perdida pude darme cuenta de que hay muchas personas que no me quieren bien.

Pues nada, así para abreviar decirles que el día 11 del mes 11 del año 2011 a las 11 de la noche fui a un concierto en el Pagoa.

Pupy y los que Son Son daría un concierto cerca de Donosti. Para los que no conozcan ese  grupo musical decirles que es de los más grandes que tiene la tierra, y mira que la tierra  tiene músicos grandes!. Y ya tenerle por aquí, es todo un lujo que no me quería perder, así que había que ir al concierto. Pues allí estuve.

Fue una noche espléndida, Pupy y su banda desplegó cubanía 100%. Sus cantantes se entregaron al máximo, contagiando con su fresca y sabrosa energía traída de Cuba.

Los pies y las cinturas se soltaron. Disfruté como una enana haciendo fotos, desde cualquier ángulo. Y eso que tenía a un seguridad extremista, me tenía sofocá con eso de que no podía estar en el escenario. Me las agencié y allí quedé.

Hubo una canción que me sacó del paso de hacer foto. A tal extremó que bailé caminando cruzado los pies en los escalones, subiendo y bajando. Un baile que es identificativo del hombre cuando baila guaguancó.

 Pupy al ver los pasos que estaba dando,  me miró riendo, asintiendo con la cabeza como diciéndome: La estás echando dura, mi negra. Disfruté de esos minutos como una enana, me acordé de mis buenos tiempos de baile. Cuando según para muchos, era muy buena bailadora. Y seguro que debía ser así, para ser el centro de las miradas de muchos buenos bailadores, de por aquel entonces.

Al terminar el concierto el organizador del evento Salsacasineros Carlos y Pupy se acercan al micrófono a decir unas palabras finales de agradecimiento a los presentes. Llevaba el bolso atravesado, la chamarra a la cinturita, y en mis manos una pequeña cámara Nikon que un amigo me había hecho el favor de dejarme. Y en la otra la funda.

La primera foto que les hago muy mala, salió movida, la funda me entorpecía la visión además de hacerme mover el pulso. Así que en mi nerviosismo por no perder el momento, le pido a alguien que conozco y se que tengo confianza con esa persona , que me sujete la funda. Efectivamente, sólo pude hacer una sola foto de aquel momento.

Entre bailes y fotos tenía calor así que decidí salir a fuera a tomar el aire y de paso fumarme un cigarro. Alguien me brindó un trago de ron de una caneca, acepté gustosa, no suelo beber pero de vez en cuando tengo que darme un buen cañangazo para que mi cuerpo siempre se acuerde, que le gusta el ron.

Terminé mi cigarro, la charla con los amigos y mis pasos se dirigieron a la escalera. Allí encontré a Salsacasineros Annelí que me franqueo el paso a la parte alta de la disco. Sitio reservado para los músicos, acompañantes y organizadores del evento. Me encontré con Donaldo Flores entrevistando a Pupy . Bien se conocen estos grandes músicos del patio. Así que por detrás de la entrevista, estaba la fotógrafa más pesada que le puede tocar a alguien, yo.

Terminé la sección de fotos y me puse a repasar la calidad de las mismas, las que no me gustaban o no tenían calidad las borraba al instante. En eso ando cuando me percato que me falta la funda de la cámara. Ostia, a quien se la di, en mi desespero por hacer la foto de despedida.

A quien, a quien, a quien?.

Me preguntaba una y otra vez. Pero lo que si sabía mi memoria era que se la había dado a una persona de confianza, que conocía, pero no lograba acordarme  , y aún no logro recordar aquella cara.  Resumiendo. Ni esa noche ni ninguna otra, hasta el día de hoy 24 de Febrero del 2015,  nadie sea ha acercado a mi para devolverme la funda de la cámara que también guardaba mi carnet de identidad (NIE).

Tampoco fue entregado a la policía, de lo contrario hubiera llegado aviso.
Por esa razón tampoco tenía NIE.

Alguien con toda maldad, premeditación y alevosía. Aprovechándose de un momento de olvido consumó una muy mala acción contra mi persona. Espero que en uno de mis sueños, esos que me dejan ver muchas cosas, que no entiendo. Un día me traiga su cara con la funda de la cámara, de vuelta.

 Para tener NIE, tenía que tener PASAPORTE, para tener pasaporte tenía que mandarlo a hacer, y para hacerlo no tenía dinero. Así que andaba con mis dos denuncias que había interpuesto en la policía, por perdidas. Las  fotocopias del pasaporte y el NIE, más el resguardo de que estaba en proceso el trámite.

Siempre conciente de que dichas denuncias, fotocopias y resguardo no eran documentos válidos de identificación. Siempre tocaba apelar a la buena compresión de la autoridad que me los pidiera.

Detienen el coche, como que dos y dos son cuatro. Y lo más seguro es que la negra se quede hoy en el control del puente de Santiago.

Papeles...

La policía francesa no se anda con chiquitas. Uno de los gendarmes no le queda clara mi condición, logro entender la duda que le asalta. Los papeles que  le presento no son validos. No son documentos para identificarme. Se lo hago saber:
 ____Lo sé, pero es lo único que tengo para poderme  identificar, las dos denuncias presentadas ante la policía Vasca y las dos fotocopias. También pueden llamar a la policía española para que de fe de quien soy.

Además en una  ocasión, en uno de los controles que suelen hacer en la estación del topo. Una mañana viniendo del médico en San Sebastián, fui detenida y conducida a la gendarmería, esta vez con pasaporte y NIE, y eso lo podía demostrar si podía ir a casa. dentro de mis documentos guardaba una regulación, o como se llame.

La primera vez que soy detenida por los gendarmes, con pasaporte y NIE, no me dejaban entrar a territorio francés, y eso que les decía que tenía un contrato de arrendamiento. No tenían derecho a hacerlo, yo soy familiar de comunitario, además de tener mis papeles en regla. Por eso pensé que si en aquella ocasión, que tenía como identificarme, me llevaron, y querían cometer una arbitrariedad conmigo. Está vez no me salvaba y buscarían cualquier excusa, así que  estuve atenta y tranquila.

El gendarme que guarda mis papeles pide a una gendarme chica, que se acerque y le eche una ojeada. Adiós, me dije no más le miré la cara a aquella señora. A la gendarmería de cabeza iba a ir a parar, aquella mujer necesitaba descargar sus frustración con alguien, y ese alguien iba a ser yo. Y lo demostró desde el primer instante.

Agarró los papeles que tenían la mano el gendarme que me detuvo, el mismo que reclamó su presencia  y  creí entender que sería ella la que se encargaría de llevarme a la Gendarmería

Una vez allí , nos conducen, a la patrona del bar y mi,  a una sala en el final del pasillo. Estuvimos allí casi 20 minutos solas, ni hablarnos. La señora tenía miedo, se le notaba en su actuar. Fue la primera en pasar a declarar y después la vuelven a traer.

Nos sientan en asientos separados. Es mi turno. Vuelvo a desandar los pasos que desde la entrada me condujeron a un despacho donde me esperaba  la misma gendarme que me condujo.
Habla perfectamente el castellano.

¿Por que vives en Francia?

¿Por que no tienes documentos?

¿Donde está mi marido?.

Tranquilamente y sin inmutarme fui dando respuesta a todas las preguntas que me hizo, con lujo de detalles, parece que mis respuestas, la encendía más. Al quejarme del trato que estaba recibiendo me respondió:

____Si no te gusta como te tratamos por aquí, vete para tu país, nadie te pidió que vinieras, vete a Sudamérica___

Me respondió la señora. Que de Cuba, por lo que veo, conocía muy poco. La policía está acostumbrada a que se le tema, y cuando encuentran a alguna persona que no les teme, y con sus mismos argumentos les acusa, quieren hacerle pagar muy cara su osadía. Y fue lo que conmigo ocurrió.

Nuevamente a la sala de espera.
Ni 10 minutos sentada cuando fui requerida nuevamente por la rubia gendarme con la que había terminado la entrevista. Me invitaba a acompañarla, un investigador requería mi presencia. Pasamos por frente a la puerta de entrada y la gendarme se detiene en la primera puerta a la derecha, según vienes desde afuera. Era un despacho mucho más grande.

Allí me esperaba un rubio alto y una chica joven que ya conocía de verla en la playa alguna que otra vez y que presentó como la traductora, que al verme se quedó algo asombrada. Y sin darle tiempo a reponerse de la sorpresa que le causó mi presencia, el rubio policía le dice  unas palabras que no logro comprender.

La traductora-conocida me pregunta:

¿Por que no tienes identificación?

Le miro a la cara a la chica y le explico nuevamente mi versión, la misma que di desde que me detuvieron, la misma que conté a la gendarme que me condujo. Así que por no se cuantas veces conté la historia de las perdidas de mis documentos, y los pasos que hasta ahora para tenerlos.

Le explico que le he mandado a hacer y que de un momento a otro llega el pasaporte, y una vez con éste, me saco el NIE. Así se lo hace saber a aquel energúmeno de policía que comenzó a gritarme como un loco, en voz alta y en repetidas veces la misma pregunta. Ya aquella no traducía, tendría que ponerse como aquel señor. Pobre chica.

Llegó un momento en que me saturé de tanto grito por gusto, me levanté de la silla donde estaba sentada y acercándome a su buró y mirándole a la cara le dije gritando también a todo pulmón y mucho más alto que sus gritos: "no tengo documentos, los perdí, que, quieres que me mate por no tener documentos".?

Se quedó petrificado ante mi reacción, y me di cuenta de ello.

No entendía porque chillaba de aquella manera, si no había motivos para hacerlo. Siempre he creído que la policía nos debe un respeto, el mismo que nosotros le debemos a ellos. Pero cuando la policía se pasa, me hierve la sangre. Aquí una vez más la policía me estaba tratando de provocar. Mi grito lo puso en su lugar, y a mi también, tampoco quería tentar al diablo.

Así que bajé el tono de mi voz y callé.

Vuelve a hablar el alto rubio polícia, esta vez más calmado. Creí entender más o menos. cuando habló sobre la prefectura. No iba mal encaminada. Esta vez la traductora me cuenta,  que para que me suelten tengo que darles mi huellas dactilares y una foto a la policía francesa.

Le  pido por favor a la traductora, que  diga exactamente las palabras que le voy a decir, no sé hablar francés pero puedo entender algunas palabras, que bien atadas en un mismo hilo conductor me haga pillar de que se está hablando. Más la entonación que le estaba dando podía ser motivo para un mal entendido.

Y los ánimos ya para entonces estaban muy caldeados.
La traducción de mis palabras trajo una amenaza.
Dice él, traduce la chica.
Que si no te dejas hacer la foto y te toman las huellas llamaran al prefecto a Baiona y vas a cumplir un año de privación de libertad.

No podía creer lo que estaba escuchando. PRIVACIÓN  DE LIBERTAD POR NO DAR MI FOTO Y MIS HUELLAS. El policía pide  a la traductora que apremie mi respuesta. Me pareció un farol en toda regla así que le contesté que prefería ir a la cárcel, así que si quería llamar al prefecto lo podía hacer con toda tranquilidad.

No me importaba darles mis huellas y mi foto a la policía. Me llamó la atención el hecho de que pudiendo tener la potestad y la ley de su lado, estuvieran pidiendo mi consentimiento para alcanzarlas. Además estaban las formas. Desde el primer momentos me habían maltratado, soy una persona y no consiento cuando se me violan mis derechos. Que aprendí a defender con las palabras y con las mismas leyes con que hoy me estaban condenando.

Si quieren mis datos y mis fotos, llamen a España y ellos les van a decir quien soy. No soy una indocumentada como me quieren hacer creer que parezca. Soy residente comunitaria, estoy casada con un vasco. Y tengo mi residencia en Hendaia, avalada por un contrato de arrendamiento de una vivienda.

La traductora me comunica que quedo arrestada hasta que tengas los papeles. Sentencia en rubio, dando por terminada la entrevista entre gritos. Llaman la misma mujer gendarme que me condujo a la comisaría para que me conduzca a la sala nuevamente. Una vez en la sala, la patrona del bar que habían detenido conmigo me pide que me calme, que le han comentado que estoy muy nerviosa.

Que me calme, que me calme, si calmada estoy y eso que me están pisoteando y violando mis derechos, le respondo.
Me cuenta que le habían estado haciendo preguntas sobre mi persona. Si me conocía y que ella había contestado, que soy una clienta de su bar y que me conocía de muy poco tiempo.

Lo que si no le contó por lo que pude observar, es el motivo por el cual yo viajaba con ella. o porque habíamos ido a Alcampo . Sino a comprar unos ingredientes que utilizaríamos para que yo, al día siguiente le hiciera unos pintxos, para su bar.

Me siento enfrente a ella nos quedamos mirando una a la otra por unos segundos, ella apartó  la mirada y la mía fue dar a una ventana que da al exterior. El muro alto impide toda visibilidad al exterior , aún así  logro ver  un pedacito de cielo. Y a él clamo y pido calma y sabiduría para sobrellevar lo que me espera.

En la puerta se para un policía y le dice a la dueña del bar que ya se puede ir. Que yo me quedo. me traduce y le digo:

___Tranqui, si ya me lo imaginaba, le digo.

Y me viene a la memoria otro dicho que me decía mi abuela: Todos los pájaros comen arroz, y el Totí carga la culpa. Hace referencia a un pájaro negro al que siempre culpan de lo que hacen otros pájaros. Y para definir y dar por terminada la sección de consejos de la Bisabuela, decir lo que otras tantas veces me repitió: Cría fama y acuéstate a dormir....
Cuando te suelten llama, te vengo  buscar. L escuché decir a la dueña del bar...

Eran las tres y 24 de la tarde.
Seguí mirando el cielo hasta que dos chicas irrumpen en la sala. No se lo que quieren, me piden que me levante y creo que quieren que le siga. Me levanto y sigo a una de ellas, la otra se  había echo a un lado para dejarme pasar y caminar a mis espaldas. No anduvimos más que tres metros si acaso. Nos detuvimos  en la puerta de una  pequeña sala.

 La policía que iba delante hace un gesto que yo interpreto como de franquearme la entrada se aparta a un lado, es cuando siento un tirón en mi bolso. Me doy cuenta que es una estratagema para que reaccione violentamente. La chica que se mantenía a mis espaldas me sujetaba los brazos, mientras que la que la que creí que me franqueaba la entrada, trataba infructuosamente de sacarme el bolso a las fuerza.

Me aferré al bolso. Lo mío no me lo dejo arrebatar, si me lo piden amablemente lo entrego, en caso contrario me aferro a las fuerza y a la razón que me asiste de que nadie puede despojarme con la violencia de nada que me pertenezca. A todas estas cuidando mucho mis maneras, defendiéndome con la palabra, sin llegar a insultar. desde el respeto.

Al darme cuenta de lo que en verdad querían entro en la sala me descruzo el bolso, lo abro y allí encima de una mesa vuelco todo el contenido, precisamente para esos efectos. Por que no me pedían amablemente que es entregara el bolso, por que utilizaban la fuerza si con unas palabras bastaban para comprendernos. Allí afuera habían varios presenciando la escena.

Segunda provocación en toda regla.
Después de ver revisado todo el contenido del bolso, inicio el intento de devolver todo nuevamente al interior cuando sentí una mano que me lo impedía. Otra provocación. Esta vez tiré violentamente de mis  pertenencias que mantenía una de aquellas dos policías en sus manos y los guardé nuevamente no sin forcejeos.

Calma pedí para mis adentros. Si dejaba que la ira y los impulsos dominaran no conseguiría más que hundirme donde estas personas querían que yo cayera. Que aún con todo el cuidado que quise mantener, creo que fue el detonante para los hechos que posteriormente acontecieron.

Volví a la sala de los inicios, mi mirada se volvió a perder en el pedacito de cielo. Para ser interrumpida por la voz de un policía que ni aún teniéndome al alcance de su mirada, desde el pasillo le escuché decir en perfecto castellano.

__Ahora te vas a estar tranquilita___

Escuché decir a quien se acercaba. No entendía porque decía aquello hasta que le vi frente a mi con un par de esposas en su mano derecha. Intenté  dialogar, preguntar porque iba a ser esposada consideraba que mi comportamiento no lo requería.

Mientras que aquel señor buscaba mi mano infructuosamente para esposarla. Y evitando el contacto entramos en una situación bastante embarazosa. En un  impulso por ponerme en pie y evitar las esposas. Siento su pierna como se desplaza hasta la altura de mi pierna y me barre. Me hace perder el equilibrio y caer, dándome un fuerte golpe el donde termina la espalda.

El dolor me dobló, grité, y caí al suelo, mi mano instintivamente fue a masajear la zona del dolor , cuando otro dolor mucho más fuerte que el de la columna sacudió todo mi ser. El policía aprovechando que tenía mi mano en la zona del dolor, tiró una de las esposas contra mi brazo. Si ya creía que el dolor de antes había sufrido caída había sido doloroso. Este era el padre de todos los dolores que he sentido en mi vida.

Grité con todas las fuerzas de mi corazón. Grité me revolcaba de dolor, lloré de rabia y de dolor, lloré grité como nunca lo había hecho. Era el dolor más grande que había sentido en mi vida. Al tener la muñeca muy pequeña, más los tirones que estaba recibiendo. El artefacto se clavó en el hueso de la muñeca, para allí quedarse atascada, mordiendo la carne.

A mis gritos de dolor se acercaron dos policías jóvenes que no franquearon la entrada donde se encontraban cinco personas tratando de requisar a una mujer que se defendía de las injusticia. Estoy segura que mi llanto y mi dolor quedará por siempre en su memoria. Mientras estos hechos ocurrían les grité que no se quedaran parado mirando, que por favor me ayudaran que se estaba cometiendo una villanía.

Uno de los dos jóvenes se marchó, el otro quedó fuera mirándome con compasión, pero sin decir nada. Por fin logran sacar la esposa atascada, que me causa tanto daño que al momento mi brazo se hinchó.  La sala se va despejando y allí quedé sola, retorcida por el dolor, sin apenas poder pensar, el dolor ocupaba todo mis pensamientos.

Cuando remitió un poco el dolor y fui consciente de mi situación pedí hacer una llamada que me negaron. Esta era al consulado de Cuba en España o al consulado de Cuba en Paris. Cosa que me fue denegada.

Mi mano se hinchaba cada vez más y el dolor era insoportable, así que pedí ser trasladada al médico. Parece que fui el mono de la feria ese día en Comisaría. Por allí pasaban muchos policías a echarme una ojeada. Sólo uno se acercó a mirarme la mano.

Según me cuentan , esperaré al abogado en el calabozo. El abogado apareció como a las 6:30 de la tarde. Volvió a servir de traductora aquella chica que conocía de vista. El abogado, más de lo mismo. Mientras que le hablaba de mis derechos de una llamada y de llevarme al médico, hablaba de mis papeles. Cuando ya había quedado más que claro que mis papeles los había perdido y lo único que tenía para por lo menos hacer constar que era yo, eran las fotocopias que la policía tenía en su poder.

Pedí al ver al abogado  que si no me iba a representar como debía, que por favor, abandonara el caso. En ningún momento me sentí representada. Y tal es así, que fue éste señor quien me comunicó que de ir a San Juan de Luz a ver al médico, demoraría más mi salida de la comisaría. Aún así quería ir al médico, mi brazo estaba muy hinchado, y el dolor era insoportable.

Terminé mi alegato y no dije ni una palabra más. Él y la traductora abandonan la salita que había servido para tomarme declaración y yo nuevamente conducida al calabozo. Con la promesa de que me llevaran a ver al médico.

Sobre las 8:00 de la noche aparece un policía que no había visto antes. Me avisa que en el parking hay un amigo esperándome, y que pregunta por mi.
¿Amigo, que me espera?.

___No creo, ni tengo idea a quien la dueña del bar le ha dicho que venga a por mi__
__No, , parece que es un amigo intimo tuyo___

Amigo intimo?

Yo no tengo amigos íntimos, la única persona que puede ser mi amigo intimo aquí es mi ex pareja, y no se encuentra en el país, le respondo.
No entendía que juego trataban de jugar. Y así se lo hice saber a este nuevo policía. Le pregunto a que hora me van a llevar al médico. El otro me pregunta si estoy esperando ir al médico.

Eso creo vamos, mira como tengo la mano, le intento mostrar desde la oscuridad de la celda, oscuro el lugar y oscura yo, como para que alguien vea. Encendió su mechero. para entonces yo le miraba la cara para adivinar su expresión cuando mirara mi brazo. Volvió la cara y me preguntó si esas lecciones habían ocurrido allí.
Claro, donde si no., respondí...

Se marchó para regresar con la noticia que me habían puesto en libertad. Que un coche de la policía me va a llevar hasta la frontera del Puente de santiago y de ahí a pie podía entrar en territorio francés.

Me alegré mucho de poder terminar con esta historia. Mi Hugo estaba solo en casa desde las 12 del mediodía, en caso que algo me sucediera tenía que mandar mis llaves con alguien para que alguna persona se hiciera cargo de Hugo, era eso lo que más me preocupaba en aquel momento. Hugo, el pobre.

Llegó la hora de salir y nunca me llevaron al médico. Me sacaron por una puerta trasera donde me esperaba un coche blanco con dos policías vestidos de paisano. Salé de la gendarmería y se aleja del puente de Santiago. pregunto a donde vamos. Ninguno de los dos hombres que me acompañan responde.

Un poco nerviosa les pregunto nuevamente.
___Por favor a donde me llevan?. Se suponía que me dejarían en el Puente de Santiago__

___Vamos a la otra frontera, a la de Biriatu, allí la policía francesa te entregará a la policía española. Ellos se encargaran de ti___

Llegamos al control de la autopista donde hay un control de la policía. Me hicieron pasar a una salida con un cristal. Allí también había un chico y una chica cubana. Que al darse cuenta que yo también lo era, evitaron el todo momento cualquier conversación.

En eso entró un policía a hacerme unas preguntas. Enseguida le reconocí. Una mañana regresando en bici con la compra semanal que hacía en Mendibil, y circulando por el bideogorri, (carril bici), fui detenida por dos jóvenes, y uno de ellos llamó mi atención. En sus dos orejas brillaban dos pendientes muy  parecidos a unos que tengo.

No más le vi le dije que él me conocía, y le conté los hechos. Negó ser aquella persona, que le confundía con otra persona. No me importó si lo admitía o no, sabía perfectamente que era él, y el también supo que le había identificado. La observación es algo que le debo a mi pasión, la fotografía.

Aproveché para preguntarle cual sería mi suerte.
___Cuando la sepa te digo___

Y salio cerrando la puerta a sus espaldas. Le pregunto a los cubanos de que parte de Cuba son, cuando se abre nuevamente la puerta y le avisan que se pueden marchar. Allí quedé sola.

No pasaron ni 10 minutos el mismo chico de los brillantes pendientes me informa que me puedo marchar.

___ Ya, marchar, pero adonde?___.

___ Estoy lejos de mi casa. Por aquí no pasan autobús___

___Búscate la vida___

 Terminó diciendo y cerrando la puerta tras de mi.

Afortunadamente tenía algo de saldo en el móvil. Llamé a una amiga para que me hiciera el favor de pasarme a recoger. No escuchó mis llamadas. Caminé desde la frontera de Biriatu hasta un poco más adelante de Lidl. Me acordé de las palabras de la dueña del bar:
 Cuando te suelten avisa para pasarte a recoger.

Y así mismo fue, le llamé y pasó por mi.

Entré a su bar, me pedí un café y un ron para digerir tranquilamente los hechos. La bolsa de la compra que habíamos hecho a la tarde estaba en un rincón del bar. Terminado el café, el ron y el cigarro me despido.
La dueña del bar me pregunta si necesito ayuda para subir la bolsa de la compra a casa.

___Ya puedo, gracias___
__Espera, tengo ahí una pomada antiinflamatoria para tu brazo___.
 Me da la pomada y me subo a casa.

Lo primero no más entrar en casa, tomo a Hugo en brazos. Está la mar de contento, feliz por verme. Y esta alegría hace olvidar el dolor del brazo. Le pongo agua y comida y me  preparo el baño, la ducha de hoy va a ser una ducha terapéutica y relajante. Abro cada conducto para que me de el agua en las zonas adoloridas.

Suelo darme grandes duchas y grandes baños de agua caliente. El baño de esta vez fue hasta agotar el agua caliente del taque. Tenía todo mi cuerpo contraído, magullado y adolorido. Tal parecía que me había pasado una aplanadora por encima.

. Cuando tenía a los cinco policías a mi alrededor intentando sujetarme de una acción que ellos mismos provocaban, al zarandear mi cuerpo de un lado a otro. Yo me dejé llevar, y la única manera de conseguirlo fue tensando todos mis músculos, sin ofrecer resistencia.

Dejé que el agua corriera por todo mi cuerpo. No me puse jabón, metí de pronto mi cabeza también bajo la ducha. Y unas lágrimas brotaron de mis ojos al rememorar lo ocurrido. Allí seguí llorando mientras el agua me corría. Me pegué una llantera de padre y muy señor mío.

Allí no molestaría a mi vecino que era muy susceptible a los ruedos, y tal era así que en dos ocasiones mandó a la policía a mi casa, acusándome de hacer ruidos, cuando no era cierto. Casualmente las dos ocasiones en que la policía se presentó en mi casa, a altas horas de la madrugada, pasadas las dos, me encontró durmiendo. Y todos conocemos a las personas cuando están acabadas de despertar.

Dejé la ducha cuando el agua dejó de estar caliente, me enrosqué una toalla en el pelo y tomé el albornoz. Sequé mi pelo lo mejor que pude pero no lo suficiente, me vestí y bajé para que Hugo estirara las patas e hiciera sus necesidades. Me fui a la orilla de la playa, hacía frío, pero mi cuerpo aún guardaba el calor de la ducha. Caminé mientras Hugo corría como un poseso por aquel tramo de la playa.

Este al ver que no corría ni jugaba con él  se aburrió y encaminó sus patas a la acera, con destino a casa, Hugo es un perro muy friolero. Volvimos . El bar de abajo de casa aún estaba abierto, me paré en la puerta y me despedí. No sin antes decirle a la dueña que haría los pintxos según y  como amaneciera con la mano izquierda y el dedo índice, de mi mano derecha, que estaba muy inflamado.

Llegué a casa me metí en la cama con el ordenador. Me dispuse a cursar dos cartas para los consulados de Cuba en España y en Paris. Contando los hechos que me habían sucedido. Enviadas las dos. de ninguno de los dos consulados obtuve respuesta. Pero sé positivamente que mi caso llegó a oídos de un miembro del mismo accidentalmente. A través de un amigo que le contó lo sucedido. Aprovechando un evento al que había asistido en Baiona.

Una vez enviados los correos electrónicos con los hechos me dispuse a dormir, eran casi las cuatro de la madrugada. Me despertó a las 7 :34  el golpe que me di en la mano que había tenido esposada. Al darme una vuelta, mi mano chocó con la cabecera de la cama. Menudo día empezaba.

Corrí a la ducha a darme otra ducha para enderezar mi adolorido cuerpo. Una vez que salí del baño moví un poco la mano, me aprisioné la muñeca de mi mano izquierda para sentir menos dolor. Y me dispuse a empezar a hacer los pintxos.

Pimiento del piquillo con chaca y mayonesa en salsa verde. Trozos de atún con una guindilla en su extremo, plátano fruta rodeado de una fina tira de bacón atravesado por un palillo de dientes. Y tostada  de atún  y mahonesa, adornada con huevo polvoreado por encima.

Terminé los pinchos a las 1 y pico del mediodía, El dolor me imposibilitaba que lo hiciera más rápido. Terminé y se los bajé a la dueña del bar. Me pedí un café, me fumé un cigarro y me volvía a casa a prepararme para irme al médico en Irún. Así que tomé la bicicleta y hasta Irún no paré.

La doctora certificó lecciones leves.

Pedí ayuda a un amigo y este me dio el teléfono de un abogado que precisamente llevaba casos como el mío. De abuso de la policía contra los emigrantes, sobre todo a los negros. Hasta aquí se desplazó el abogado para escuchar mi versión de los hechos. Me preguntó si estaba dispuesta a declarar.

___Si, contesté en el calor y la rabia de los hechos ocurridos.


Días después le llamé para decirle que no iba a continuar con la denuncia. No por miedo, sino porque yo estaba pasando por otros problemas personales y no quería añadirle un problema más a mi vida. Que esperaba que los hechos no se repitieran en lo sucesivos, y que en caso de que ocurriesen le llamaría y le pondría al corriente.

Afortunadamente, y muy escasamente me han vuelto a parar los gendarmes, parece que se corrió la bola como la pólvora y sabían perfectamente que conmigo se les había ido la catalina.

También tenía proyectos que no quería truncar, ni renunciar a ellos por no tener la tranquilidad necesaria para ejecutarlos. Bien sé yo desde muy pequeña que la policía es una gran familia, que todo se lo tapan y que buscarse problemas con ellos es como no terminar nunca. En definitivas yo vivía de este lado, y sería vulnerable siempre que a ellos se les antojaran.

Y hasta aquí mi 24 de Febrero, los gritos de...
 Dignorah


La falange del dedo Índice de la mano derecha inchado en uno de sus nudillos.



sábado, 21 de febrero de 2015

CARNAVALES




 Me apetecia recordar a Amy Winehouse. Que mujer más grande en la canción, siento mucha pena que se haya ido una mujer joven, con toda una carrera que estaba en lo más alto. no le conocía mucho mientras vivió. recuerdo que la primera vez que la vi y escuché, fue mientras visitaba a un amigo.

Aquella voz borró el impacto que me causó  el peinado y aquellas anchas rayas en sus ojos. Después de muerta de vez en cuando doy un repaso por sus canciones. En muchos momentos de su intensa y efimera vida.





Me subí el moño y me boté a la calle.
Me vestí con esmero,  sólo me faltaron los altos tacones, que de no ser por la que estaba cayendo, granizos que parecían garbanzos, me los hubiera encasquetado. Así se lo comenté a la amiga que me maquilló, que se dio cuenta que Amy siempre iba muy bien calzada. Así que quedó  más que sustituír los tacones por por las botas.


Ayuntamiento de Hendaia y su emblema







Paragua y Toro engalanado.

Payasos- Colores para un día gris


Caperucita Roja y su paladin azul

Gospel


Zanpantzar y el Fotógrafo.

Colores...
Cazadora cazada...

La Caperucita pironama...


Se quema Zanpantzar


Una linda gatita

Con esos dientes no hay lobo...

Un pensamiento para Amy.





Hasta el próximo carnaval...


El Sábado del carnaval como bien les dije, partí a dar una vuelta a pesar de la que estaba cayendo. La vuelta fue corta en tiempo, apenas una hora y media. después me volví a casa a calentar los huesos.