martes, 15 de septiembre de 2015

SI NO TE GUSTA VETE A TU PAIS...

Cada vez se escucha más "vete a tu país". Cada vez se hacen más patentes las conductas discriminatorias hacia los inmigrantes.
Y a que viene esto, se preguntaran ustedes, pues les cuento.
Llego a la estación de Anoeta a coger el tren de cercanías que me trae de vuelta a Hendaia.

Dirijo mis pasos a la parte que tiene una marca en el suelo pintado. En esta zona nos paramos las personas que están en sillas de minusválidos, los que viajan con coches de bebé y los que como yo, viajamos en bici.

Junto al andén esperaba una señora con una coche de bebé como de año y medio. Aparco la bici y me dispongo a sentarme a esperar los minutos que faltan para que arribe el tren. La señora, mientras espera mueve lentamente el cochecito alante y atrás.

Se percata de que la niña me mira fijamente y acto seguido gira el cochecito dejando a la niña de cara a la pared. Sentimos que se acerca el tren. Agarro la bici y me paro en la zona señalada. Llega el tren, adelanto la bici cuando un movimiento me hizo detenerme.

La señora justo en el momento en que voy a entrar, adelanta el cochecito de la bebé me obstruye el paso y entra como si nada. Al ver aquel imprevisto movimiento me detuve enseguida evitando instintivamente el choque, y pensando, que imprudencia y que mala leche.

Ummmm

Y como ya era de prever, efectivamente, entra primero y pone el cochecito de la bebé, en el espacio reservado por este orden, persona en silla de ruedas(minusválidos)
personas que viajan con su bici. Y en caso que éste sitio no esté ocupado por los arriba antes mencionados, se puede sentar el que guste, siempre a expensas de le reclamen el lugar, las personas para las que ha sido reservado este espacio con las prioridades.

Los dos sitios marcados por estas prioridades estaban ocupado por dos sillas de bebé. Miro a la señora, esperando que se percate que puede llevar el cochecito al otro espacio. Y como respuesta recibo una certera y despreciable mirada.

Ummm...

Ni los chicos con sus bicis, ni yo podíamos sentarnos, al margen de haber asientos vacíos, no podíamos irnos a sentarnos dejando las bicis recostadas a la pared del vagón y sin atar.

Tenía dos opciones, hacer el viaje de pie sujetando la bici. Cosa que descarté. Ya que después de dar pedales de un sitio a otro por Donostia, haciendo gestiones, de un extremo a otro, sin desayunar, cargada con algo de la compra, y la mochila a cuesta, lo menos que podía hacer era descansar sentada.

La otra, pedirle amablemente a la señora "muy amablemente, con el por favor incluido " si podía cambiarse al otro espacio, donde estaba la otra silla de bebé. Así, los dos chicos que viajaban con las bici y yo podíamos poner nuestras bici e ir a sentarnos tranquilamente. Y todos contentos.

Claro, opté por lo segundo, sabiendo de antemano que sería una situación muy difícil tratar con aquella mujer. Que desde que cruzó miradas conmigo en el andén, había demostrado acciones hostiles.

Le intento explicar la solución y no me dejó terminar de exponer y me aflojó ella tan pancha:


Prioridades...

_Estás muy equivocada, tienes que aprender a leer, mira lo que aquí dice. Y señala con el dedo las prioridades. Pretendes que yo quite el cochecito y lo ponga en el medio del pasillo para que tú pongas la bici?.__-Andaaa yaaa___

Que podía esperar de una persona que es capaz de provocar un lamentable accidente a la bebé que lleva, con tal de entrar primero.

La señora sacó conclusiones muy precipitadas y se dejó llevar por la primera impresión. Negra, seguramente de África, tal vez se lo confirmó el turbante naranja que llevaba puesto en mi cabeza, y además no sabrá leer...

Y vuelve a golpear el cristal donde las pegatinas informan de quien es la prioridad del sitio. Habla cada vez más alto, sin dejarme explicar.
Las siguientes preferencias que le siguen  a las tres primeras...


Yo flipaba...

Me fue subiendo un calentón, pero de los buenos, jejeje.
Levanté la voz sólo para hacerle callar y me dejara explicar, sorpresa, calló.

_-No tienes razón y lo sabes, lo sabes. Y sabes perfectamente lo que estás tratando de hacer__

Algo dentro de mi me dijo, ehhhh, ante todo, respeto, educación, despacio, bajito, sentido común, que al margen de lo que diga esta señora, por más que grite, no tiene razón en nada de lo que dice.

Todas las miradas se dirigieron a nosotras, cosa que la envalentonó y alentó a seguir discutiendo, levantar aún más su voz, mirando a un lado y otro como buscando quien apoyara sus palabras. Encontró una solidaria que se había acercado a la puerta, pues se quedaba en la próxima parada. .
Callé. Que podía esperar de una persona que es capaz de provocar un lamentable accidente a la bebé que lleva, con tal de entrar primero.

Y para dar por zanjado el asunto decido sentarme en el asiento contiguo justo el que está al lado de la silla de la bebé. Pongo en el suelo la mochila, acomodo la compra entre mis pies y sujeto la bici.

Cuando levanto la mirada allí estaba, otra mirada fulminante, Me río mientras me ladeo para disfrutar del paisaje. Ella no me va a joder la mañana, me dije para mis adentros.

__Faltaría más que venga "esta" a decirme donde tengo que poner el coche o no, faltaría más__

Le decía a la solidaria.

Yo seguía contemplando el paisaje como si nada. Ya estaba sentada. Cuando se escuchó la voz de uno de los chicos que viajaban con su bici.

__Señora, sabes usted que no tiene razón. Es más tampoco ha hecho esfuerzo alguno, todo lo contrario en querer tener la buena voluntad de cambiarse habiendo un sitio, que perfectamente puede ocupar, y dejar libre el sitio para que los que viajamos con nuestras bici, nos podamos viajar sentados.- Muy malas intenciones___

Ella argumentó lo que quiso, eso si, con menos énfasis que las que utilizó conmigo. Cuando se dejó escuchar otra voz.

___Señora, se ha puesto ahí por la cara, y sabe perfectamente lo que quiere decir esa pegatina, y no hay que ser de ningún país para entenderlo. Lo que está claro es que quien no lo quiere entender no lo entiende__

Mientras trata de justificar sus actos con el chico que esta vez intervino, desata el cinturón de seguridad que mantenía al cochecito de la niña.

Ya cuando para el tren y antes de bajarse se vuelve a mi y me dice:

Si no te gusta, vete a tu país...

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