sábado, 30 de enero de 2016

HAZ BIEN Y NO MIRES A QUIEN...

Hoy al ver la foto de poratada que actualizó mi amigo Juli. Me vino un recuerdo de una historia que nos ocurrió en Biarritz.


Faro de Biarritz


Escudo de Biarritz.

Mientras mi amigo  recogía caracolas a la orilla de la playa, yo, cámara en mano hacía un peine al horizonte, a ver que foto buena me podía llevar del lugar.

Julio recogiendo caracolas y piedras...

En el agua solo había un surfers, que batallaba por cabalgar y montarse en las olas. Orilleras que rompían violentamente contra la arena.


El surfers fue mi objetivo inmediato. Sentado sobre su tabla, oteaba el horizonte, esperando la serie de olas buenas. A la verdad no tuvo que esperar mucho, el mar estaba encrespado. dejó pasar la primera. Cuando se dispuso a bracear para alcanzar la ola que llegaba. Y arriba de aquella enorme ola  galopó. No puedo precisar el tiempo, todo fue muy rápido.



Me pilló desprevenida semejante caída, así que apreté el obturador de mi cámara instintivamente. El chico intentaba con todo su empeño  agarrar la tabla, que las olas llevaban, de un lado a otro y le hacían perder el equilibrio.



Aprovechando que el mar se retira logra controlar la tabla y arrastrarla hacía la orilla, con el pie. Su mano izquierda rodea su brazo derecho. Su cara denotaba cansancio y dolor. Le aviso a Julito, que no muy lejos de allí, recogía caracolas y piedras de formas interesantes. Enseguida se dirige a donde está el chico para interesarse por su salud, y si necesita ayuda.




Julio como sabe chapurrear algo, el idioma francés, se le acerca y le pregunta si está bien. No, era evidente que bien, no estaba. Juli  guarda sus piedras en el bolsillo del short y levanta la tabla de surf de la arena. Nos encaminamos en dirección de la enfermería.


El lesionado, Julio, Hugo y yo en la retaguardia...


 Llegamos a la enfermería, Julio se adelanta para avisar que trae una persona con una lesión.
Se personan dos chicos. Uno le indica al surfers, que le siga al interior para mirar su brazo y el otro frente a nosotros recogía la tabla que Julito le daba. Nos quedamos parados en la puerta un poco para interesarnos por la salud del accidentado. Cuando desde el interior de la enfermeria  se escuchó una voz, por lo poco que pude entender, preguntaba por la tabla de surf.

El chico al que le habíamos entregado la tabla, le contesta mientras nos mira, "todo está ok". Juli y yo nos despedimos y una vez fuera, nos miramos. Increíble. No nos importó en lo absoluto que no  nos agradeciera la acción. En definitivas cuentas, existimos las  personas que ayudamos, por el simple placer de ayudar. Y ese es nuestro mejor agradecimiento, estar en el momento justo, para ayudar...
El Angel y las  Flores...

Y no quiero cerrar esta historia sin mostrarle una de aquellas piedras, de formas raras que recogió mi amigo. Unos de mis tesoros. "Piedra Huevo".Todo empieza, desde un huevo...


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