sábado, 11 de noviembre de 2017

Para el recuerdo y contra el olvido. Porque lo que bien se aprende, nunca se olvida...

 Todos los días de mi vida me digo: echa pá alante mi negra que nunca has sido cobarde. Valor y firmeza para andar en este mundo donde se venden voluntades y conciencias. Todos los días de mi vida me digo: eres afortunada mi negra, caminas tu vida como te da tu real gana.

Todos los días de mi vida me digo: tu camino ha sido duro, que digo duro, durísimo, pero, aun así, en el camino sigues dando lo mejor de ti. Sin que este duro camino te haya hecho perder la sonrisa, la ternura, la energía y lo más importante, sin perder o dejarte despojar de ese poderoso motor que te da la fuerza necesaria para andar, el amor propio.
Ese amor que se debe sembrar en cada niño o niña desde su más tierna infancia. La personalidad se alimenta de amor propio, sin este poderoso amor, la personalidad se verá amenazada constantemente por el pasto de la inseguridad.
Conozco muy bien por experiencia propia a donde conduce el no quererse lo suficiente, el no valorarse, el sentirse a medias importante, créanme que lo conozco. Pero también y muy bien, conozco la fuerza que emana de un ser cuando decide quererse, cuando decide valorarse, cuando decide ser lo más importante.
Entonces viene el empuje, de luchar por abrirse camino con la serenidad que da el saberse, con la conciencia tranquila, porque honestamente y sin afán alguno de protagonismo o perfección, tenemos excelentes virtudes que nos dan la plena confianza para caminar.
Cuando nos queremos, cuando somos importantes para nosotros mismos lo sabe todo nuestro ser, lo sabe el espíritu y como tal se manifiesta.
Mucho queda por recorrer, mucho queda por ver, mucho queda por conocer, mucho queda por aprender. El camino es largo, habrá trechos duros, en ocasiones senderos muy empinados y angostos, pero como vas ligera de equipaje, podrás subir. Peligrosas zarzas también encontrarás en el camino, apártalas cuidadosamente para que no consigan herirte.
Ya me he enfrentado a muchos dolores y nunca he tratado de escapar de ellos, estoicamente los he enfrentado uno a uno, no queda dentro de mi ser, ni dejo que aniden sentimientos negativos contra los dolores que yo misma pude verme causado o por los dolores causados por los demás. Mi amor propio me ha salvado
Negra, libre caminas porque no hay razón que te impida llegar victoriosa, siempre y cuando guardes por siempre ese amor propio, que tanto te ha costado conservar en esta vida. El quererse uno mismo con virtudes y defectos, hace que queramos al prójimo con sus virtudes y defectos.
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